viernes, 19 de noviembre de 2010

Santiago Feliú desde su Planeta Cuba



Santiago Feliú con sus nuevas canciones de su disco Ay, la vida le pidió “a la esperanza para todos” en el concierto que realizara en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional para promocionar su última producción. Feliú no teme ser espontáneo en cada una de sus presentaciones, sino que dice lo que piensa y después lo pasa a su guitarra y su voz como si la conversación con el público perteneciera a su “porfía en razón”.
Tal vez, para los conocedores de la trayectoria musical del autor de Para Bárbara este sea un CD atípico en la creación de Santiago porque une baladas, trova tradicional, una especie de bolero, no obstante es un fonograma que pertenece a la esencia de este cantautor: la reflexión sobre su generación, sus contradicciones y desafíos.
Temas como Ay, la vida es un “grito” ante la desesperanza, la apatía, la enajenación. Feliú apuesta, una vez más, por lo que podamos influir en la historia, la manera de enfrentar el mundo sin temores: “La vida es lo que pasa/ mientras planificamos/ la vida por delante, lo que nos pasará/ si nos quedamos o nos vamos”.
Temas como Descerebrándome el corazón, Ángeles de mí invitan a pensar en los momentos en que nos encontramos en la vida para interrelacionarnos con los demás, pero también reconocernos a nosotros, la búsqueda de la identidad y la estética: “Ya no hay tiempo más perdido, /ni futuro prometido, ya no queda,/ sólo falta un poco más:/ descerebrándome el corazón, sobreviviéndome la próxima mitad. (Descerebrándome…)
En Ángeles de mí se hace acompañar de la voz de Haydée Milanés, quien logra una segunda de extrema calidad, dándole un misterio a la letra y a la vez iluminaciones que nos permiten imaginarnos un mundo donde se pueda vivir “en la distancia/ ángeles de mí/ melodeando el pensamiento/ más sentido que vivir…/ la distancia del tiempo que me vivió/ la distancia del tiempo que amó”.
Santiago Feliú propone con Planeta Cuba una crítica a lo que hemos sido, a los “bloqueos de la mente” que impiden el avance del país, “a los consumidos por la austeridad/ medio siglo siendo diferentes”.
El autor de Náuseas de fin de siglo asegura que podemos construir una sociedad más justa, pues “ya merecemos más que aguantar, que soñar, que sobrecumplir… no hay tiempo”, pero solo con el diálogo y la reflexión sobre el pasado y el presente.
El CD se define por una canción, que según Santiago, “es una especie de autorretrato” Sin tanta soledad donde el dinamismo, la fuerza musical y vocal rompen con la estructura de Ay, la vida, pero dudas se comprende la sinceridad de un trovador que le canta a la vida y a su propio ser: “Soy perfecto, soy gago,soy zurdo, soy vago, soy una porfía en razón, soy la trova del rock and roll, un pequeñísimo burgués sencillo, un jovenzote calmado, una tristeza hueca en el bolsillo, una reunión que tuvo el diablo con Dios”.
Por supuesto, que Feliú tuvo que complacer al público con temas de sus producciones anteriores: Mickey y Mallory, la Ilusión, Sin Julieta, Búscame, Iceberg, Despojos, Alto al fuego, entre otros.
Ay, la vida nos devuelve a un trovador que aun tiene que decir sobre la realidad cubana, pero también sobre el desamor, la esperanza, la soledad. Santiago no presume de una extensa discografía porque su deber es “con el arte”, piensa cada canción, mientras siente un mundo que lo rodea y le manifiesta su dinámica tan sencilla como compleja.
Feliú canta al tiempo que lo amó y a una verdad sobre las cosas que le muestra su guitarra, su idea de “jovenzote calmado” lo vincula a los sonidos más contemporáneos sin olvidar lo tradicional, se funde con la inmensidad mientras escucha los detalles ínfimos de un bosque que lo observa, distante y cerca, alegre y turbulento, “entre ternura y ciclón” porque recuerda que “La vida es suficiente, si entonces no se acaba/ cuando se halló el final /donde se encuentra el pasado con la nada”.

martes, 16 de noviembre de 2010

Renacer


Después de un tiempo sin poder escribir, he regresado aunque con la misma propuesta de textos que me parecen interesantes compartir sobre temas o de Cuba del mundo. En esta ocasión te propongo un texto que intenta bosquejear un tanto sobre los problemas y desafíos que tiene la cultura frente a los medios digitales, Saludos a todos y volvemos a interactuar....

Una mirada digital a la cultura cubana



Por Roberto Miguel Torres Barbán y Giovanni Fernández Valdés


La Casa Cultural del ALBA fue la sede de la Jornada de la Cultura Cubana en Medios Digitales, que desde el 10 y hasta el 12 de noviembre, aglutinó a destacados intelectuales, periodistas, editores e informáticos. Hombres y mujeres protagonistas del acontecer digital de la cultura cubana coincidieron en los debates sobre el uso de las redes sociales, la preservación y socialización de contenidos en la web y los retos para Cuba de la utilización de las nuevas tecnologías.


Como parte del evento se otorgó, con la presencia del Ministro de Cultura, Abel Prieto, el Premio Palmas de Oro Digital para reconocer el trabajo de portales, publicaciones digitales, multimedias y secciones culturales de medios de prensa. El proyecto digital Esquife de la AHS fue galardonado en la categoría de publicación digital por difundir la obra de los jóvenes artistas y escritores. Según el jurado, esta condecoración se entregó por la coherencia de los contenidos que aparecen, por la eficacia en el diseño y la sensibilidad para enfrentar una tema cultural. Además, se concedieron distinciones al portal cultural Príncipe de la provincia de Camagüey, a la multimedia Raúl Roa, Cultura y Revolución, de la Universidad de La Habana y a las emisoras Radio Progreso, con la sección Fotografía Cubana y Radio Rebelde, por Cultura y Educación.


El encuentro, organizado por el Centro de Informática de la Cultura, CUBARTE, contó entre sus más destacados ponentes con el investigador Jesús Guanche, el poeta y ensayista Victor Fowler, los periodistas Luis Toledo y Rosa Miriam Elizalde, así como Víctor Casaus, director del Centro Cultural Pablo de la Torriente Barau, entre otros.


Sin dudas, uno de los paneles que mayor debate suscitó fue el que moderado por Roberto Escobar convocó a reflexionar sobre el “Periodismo Cultural Digital en Cuba”. La Revista Jiribilla fue una de las propuestas, que como ejemplo a seguir, se tomaron en cuenta en el evento; Yinet Polanco y Yoan Hernández, creadores de este sitio brindaron una detallada explicación del mismo y de sus principales logros y restos.


En su ponencia Hernández convocó al uso de las redes sociales en momentos en que se habla de la de “una generación de la web 2 punto 0”, así como a que cada editor intente colocar en Internet la propia agenda del medio que representa.


Nuestra misión, dijo, es colocar contenidos incisivos e inteligentes, no quedarnos a la defensiva en el terreno de la información y pasar a la ofensiva, hacer uso de la ironía y el humor –lo que nos caracteriza a los cubanos; en fin, nuestro periodismo cultural debe parecerse a nuestro tiempo, sentenció.


Víctor Fernández, de la oficina de informatización, convocó a ser rigurosos en cuanto a lo que se “sube” a Internet en nombre de un medio, pues en ese caso dejamos de ser nosotros los que hablamos para hablar en nombre de muchos.


Sin dudas, el plato fuerte de la jornada lo constituyó la conferencia del director de la publicación La Calle del Medio, el periodista Enrique Ubieta, quien habló “en nombre un usuario de la red y no de un especialista, por lo que estas notas resultan algo así, como reflexiones de un receptor”.


Ubieta, quien además, es autor de una de las páginas personales más seguidas en el país, comentó que actualmente existen 112 millones de blogs en todo el mundo, y se crean más de 150 mil diariamente.


Estos, acotó, resultan una magnífica manera de crearse la ilusión de tener nuestro propio periódico personal, de mantener un continuo debate con uno mismo y la sociedad, así como también propicia el intercambio permanente de ideas.


El viernes 12 comenzó con el debate sobre La cultura cubana ante el reto de las nuevas tecnologías, con la presencia de Rafael de la Osa (moderador), Víctor Casaus, Víctor Fowler y Luis Toledo. El escritor y ensayista Casaus habló sobre cómo el Centro Pablo emplea la tecnología digital para compartir información no solo sobre la vida del autor de El soldado desconocido cubano sino de la labor para promocionar el arte joven.


Por su parte, tanto Víctor Fowler como Luis Toledo enfatizaron en los contenidos que se ponen en las páginas web y la manera en que los usuarios puede obtener esos datos. Según Fowler hace falta un pensamiento digital que permita crear una concepción sobre qué hacer y para qué hacer nuestros propios productos comunicativos, es decir que tanto cubanos como extranjeros que visiten la web no lo hagan por azar sino facilitar vías de información rápidas para que el usuarios sepa qué va a encontrar.


Toledo enfatizó que en la red existen innumerables sitios con datos, fotos, videos y que Cuba tiene que insertarse de alguna manera para poder transmitir sus ideas, su proyecto, pero tiene que realizarse de forma visible y creativa. Los sitios cubanos son en ocasiones rígidos, confesó Toledo, sin dinamismo, pero son problemas solubles.


Fowler afirmó que tampoco es oportuno para un país subdesarrollado pensar que con la tecnología se puede alcanzar el fin que uno desee sino que esta es medio que debe servir en la búsqueda de la verdad, la estética y la belleza. Analizó, además, el papel de las nuevas tecnologías en la sociedad cubana, en cambio de pensamiento que amerita a la hora de pensar una determinada estrategia política.