jueves, 15 de noviembre de 2007

La vida y el tiempo me han ayudado a hacer la guardarraya




Cuando Apolo y Esculapio se abrazan para dar vida a un hombre como José Luis Moreno del Toro, entonces todo queda salvado y cantado. No hay más que verle en pantuflas y pulóver recomendando buenos libros y hablando sobre Martí y Lezama. Las paredes de la casa cuentan su pasado y presente: un cuadro firmado por René Portocarrero, una foto junto a Silvio, otra abrazado a Juan Gelman, un gallo de Guayasamín, un caballo de Gilberto Frómeta, y así se debate entre sus locuras y fiebres de poeta y el rigor vivificador del bisturí; eso sí, su risa rompe la solemnidad en dos y más que una entrevista o las largas y agradables conversaciones que he tenido con él, se convierte en un aprendizaje.

La poesía contemporánea ha sido calificada de hermética, inentendible, poco fértil y ávida de oxigenación de nuevos estilos y poetas. ¿Es válida esta afirmación?

─Parte de la poesía que se escribe hoy en día es así como dices, pero en Cuba se hace múltiple poesía: diáfana, directa. Hay un resurgimiento de la décima, que no es hermética. Un ejemplo es el Premio de Poesía Nicolás Guillén (se levanta y rápidamente se acerca a su gran tesoro: una enorme biblioteca de donde saca un libro) “Manos a la Obra” de Sigfredo Ariel. Creo que no es siquiera una corriente de mayor o menor fuerza, aunque haciendo un poco de historia, la influencia y culpa de estos adjetivos se le achaca al grupo “Orígenes”, pero el tiempo ha demostrado que no es cierto.

El más hermético, Lezama, los años demuestran que la poética de él buscaba afianzamiento de lo cubano, de lo martiano, de la Patria contra una República mediatizada surrealista. Pero poesía contemporánea no son solo los poetas jóvenes sino la vigencia de esta. Contemporáneo es Cintio Vitier, José Martí, Julián del Casal. Nadie es dueño del tiempo.

La poesía erótica está muy de moda entre los cultivadores de este género en Cuba. ¿Cree que este sitio se vuelva común o nos mostrará otra arista punzante en nuestros tiempos?

─El erotismo en la poesía viene desde Safo, es tan vieja como la misma poesía. Es verdad, que tiene etapas de apogeo, pero no es que esté de moda, hay momentos en que sale o no a flote. A finales de los años 70, la poeta Gioconda Bell (nicaragüense), su libro Premio Casa de las Américas, fue calificado de muy erótico, aunque estaba revestido por el amor a la Patria y la situación de guerra en Nicaragua.

El erotismo es una forma de expresión. Hay antologías poéticas eróticas que datan del siglo XVIII; Martí tuvo momentos de gran erotismo. Simplemente no está de moda, aunque haya quien se las da de erótico para estar precisamente en esa moda y sus poemas dejan el lirismo a un lado.

Una vez José Luis Moreno me dijo que su primer libro lo había cambiado pues era su primer intercambio con el público y sabrían que pensaba, que escribía. Para él ese momento fue crucial, pero no quería hablar de un último libro, o poema, o verso, porque hasta que no muriera no dejaría de escribir y de seguir transmitiendo cosas que sentía y quería compartir, por esto tiene seis libros de poesía y su más reciente Agualuna de Otoño tuvo su presentación el 26 de diciembre del pasado año en el Instituto Cubano del Libro.

Según las últimas críticas, en su libro Cántigas Salvadas del año 200, usted muestra su madurez como poeta y acierto lírico. ¿El tiempo y la vida han influido o hay instantes de inspiración voraz?

─Si he llegado a la madurez es un momento de tristeza porque lo que queda es podrirse o morirse; no hay nada que escribir. La vida montada con el tiempo influye, no es lo mismo 7, 20, que 70 años, influye en cosas buenas y malas; no quisiera madurar, prefiero seguir desarrollándome, tener el horizonte enfrente. La vida y el tiempo me han ayudado a hacer la guardarraya. Al principio muchas influencias y aún las tengo, pero ahora con estilo propio.

Quisiera tener más tiempo para seguir escribiendo. Sigo intranquilo tanto cuando termino un poema como cuando no lo hago. Si se muere ese duendecillo inquieto que me inspira no puedo hacer poesía, he muerto.

Es conocida su amistad con algunos escritores del grupo “Orígenes” como Lezama Lima y Cintio Vitier. ¿Han influido en su poesía? ¿Qué influencias tiene o tendrán en los poetas actuales?

─Si quieren tener buenas influencias que se acerquen al grupo “Orígenes” o a Regino Pedroso o a Félix Pita Rodríguez. Me acerqué a “Orígenes” porque me parecieron interesantes estos escritores, me atrajeron los libros de Lezama, de Eliseo Diego, que en el primer momento no los entendía, pero me gustaban. En este grupo no solo hubo poetas sino escultores, pintores; Lezama decía: “Es un taller renacentista”.

Lamento no haber podido aprovecharlos aún más, pero también hay influencias de Ernesto Cardenal y Juan Gelman. Con “Orígenes” tuve más contacto que con los de mi propia generación. Las generaciones son más de conceptos que de tiempo.

Alrededor de la vida de Lezama Lima se esgrimen secretos y sortilegios que no se saben si son ciertos o no. ¿Algún día se propone escribir acerca de sus conversaciones con Lezama?

─Algunos de esos sortilegios como le llamas están escritos en mi libro inédito “El paciente impaciente. Mi amistad con Lezama”. En un capítulo están las últimas horas de Lezama, el único que puede hablar y saber exactamente que pasó soy yo, como sabes salió un artículo de Bianchi hablando de este tema y dio varios datos inexactos, creo que salió en Juventud Rebelde.

El otro capítulo habla sobre el Curso Délfico en el que se ha creado un mito y otro sobre “Tanatos” en las páginas de “Paradiso”. Apareció un libro de la mitología de “Paradiso” de Margarita Mateo Palmar llamado: “Paradiso: la aventura mítica “.

Un teléfono inquieto interrumpe nuestra conversación. Se hace presente dos veces más. Entonces apuré la pregunta.

Usted dijo: "Lo terrible no es perderse en el tiempo / sino / encontrarse en el olvido." ¿Piensa que lo peor sucedido a un hombre es que al final de su vida enajenada y poco apasionada sea esta causante de un olvido atroz?

─Pobre del ser humano que nadie lo recuerde o al menos una persona. Mi gran y mayor ambición es ser un hombre útil y desearía que dos o tres personas no me olvidaran... para bien o para mal. Esa frase no la hice con el fin universal sino dirigido a una mujer, a una relación amorosa. Hice un juego de palabras a ese comodín de cuando se quiere establecer una relación y te presentan una evasiva y se van.

El tiempo nunca se pierde, cada nueva experiencia es un aprendizaje. Lo terrible es pensar que una experiencia no va a servir para nada.

Según usted, cada vez que entrevistan a un poeta, se piensa que dirá frases trascendentes, originales, poéticas; pero el poeta se debe querer por lo que escribe, no por lo que pueda decir. ¿A qué se debe esta opinión?

─Opino que ser poeta es ser un elegido, pero se piensa que él tiene un carcaj lleno de estrellas que ilumina el Universo. El poeta es una persona como otra cualquiera con la cual se sostienen conversaciones normales. Por favor, no le pidan siempre que ilumine el Universo con frases originales, eso no se logra tan fácil, el polvo de estrellas se prepara en una conferencia, en una lectura, en un libro.

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