martes, 30 de diciembre de 2008

Martí: pintor de la luz


José Martí (1853-1895), como hombre universal y de una visión clara de sus circunstancias, intentó pintar el mundo a través de su metáfora encarnada en la prosa y la poesía. Al acercarnos a sus páginas, descubrimos la apropiación de técnicas de la plástica para reflejar y analizar la realidad compleja y moderna que vivió. La lectura de sus textos provoca un extraño pero seductor diálogo con su original concepto de Luz (pierde su categoría de fenómeno físico y trasciende hacia el amor y la libertad), en el cual se apropia de un estilo en que “lo expresionista y lo impresionista” (corrientes pictóricas del siglo XIX) se funden con la imagen y el verso pulido para crear otro espacio y tiempo.
Profesor emérito de la Universidad de Illinois en los Estados Unidos, Iván Shulman ha investigado durante más de cuatro décadas la vida y obra de Martí, y en estos momentos se encuentra culminando el libro “Pintando el modernismo” sobre la vinculación de las artes plásticas en esta corriente literaria latinoamericana y en especial del Apóstol.
La interrelación que realiza el autor de Abdala entre lo político y lo social junto a esta manera tan peculiar y extraordinaria de expresión ― influyó en muchos intelectuales del principios del siglo XX ― es una tesis que decidió compartir en Cuba con los participantes en el recién finalizado coloquio por los 400 años de la literatura cubana celebrado en Instituto de Literatura y Lingüística de la capital.
¿Por qué su interés por los escritores cubanos?
“Soy especialista en la literatura hispanoamericana y he escrito bastante sobre temas cubanos. Junto a dos o tres críticos de mi cátedra hemos ayudado a rectificar el concepto del modernismo, su cronología, y por supuesto la figura de Martí tiene importancia porque es junto al escritor mexicano Gutiérrez Nájera uno de los iniciadores de esta corriente”.
“Otro elemento que me interesa de la literatura cubana es lo que denomino como exorcismos sociales. Cuando Cuba era colonia de España aparecieron textos en los cuales uno puede observar un subtexto, es decir el exorcismo es una necesidad de presentar temas que no se pueden tratar, es una necesidad de hablar de ciertas cuestiones como la esclavitud y la independencia que en aquellos momentos no se podían decir abiertamente, pero eran un problema que afectaba a todos. He realizado estudios, por ejemplo, sobre el Espejo de Paciencia en los que ese subtexto, en ocasiones, no se ha analizado bien y es el que revela hasta qué punto el autor (que vive tan lejos de La Habana) tenía en el momento de escribir un concepto de Cuba como nación”.
El profesor Shulman, quien fuera coautor del libro “El esquema político de Martí” (1961), le preocupan el acercamiento del Apóstol a los temas sociales, políticos y filosóficos porque al poseer una capacidad para observar las raíces de los problemas como las crónicas sobre la campaña presidencial en los Estados Unidos o sobre la casi exterminación de las tribus aborígenes de ese país, no solo los reflejaba como un verdadero artista de la plástica, sino que se puede adquirir una verdadera dimensión histórica de esos momentos.
Diría el Apóstol en una de sus crónicas en Nueva York sobre el voto en Norteamérica: “De la libertad como de la virtud, está casi vedado hablar, por ser tantos lo que las profanan que quien las ama de veras tiene miedo de ser confundido por ellos: y hasta de mal gusto está pareciendo ser honrado”.
En el autor de los Versos Sencillos la interiorización de lo pictórico se manifiesta bajo los signos de lo individual, que de alguna manera se refleja en las intuiciones de la poesía. Tal vez esa individualidad tenga su máxima expresión en la voluntad y sacrificio humano para lograr la Belleza y la Libertad.
Con este concepto integra la Naturaleza con el Arte a medida que busca su plenitud de espíritu que se expande a través de la luz hecha imagen. Busca la validez de lo universal, pero retorna como un modernista influenciado por el romanticismo a la singularidad de las cosas.
El Apóstol precisa del Homagno para su trascendencia y lo prefigura con versos que son iluminaciones: ¿Por qué, por qué, cargar en ellos/ Un grano ruin del alpiste mal trojado/ Talló el Creador mis colosales hombros?/ Ando, pregunto, ruinas y cimientos/ Vuelvo y sacudo, a delirantes sorbos/ En la Creación, la madre de mil pechos,/ Las fuentes todas de la vida aspiro./
Ante la forma original en la cual se mezcla la espiritualidad y la metáfora martiana con lo político y lo social, preguntamos al profesor Shulman —quien visitó Cuba por vez primera en 1971 para realizar una edición crítica de los Versos Libres — ¿Cuál es su criterio sobre el aporte del escritor del ensayo “Nuestra América” a la literatura hispanoamericana?:
“Entre los escritores modernistas es uno de los primeros y de los más importantes. Por ejemplo, su novela Lucía Jerez es romántica, pero es importante porque revela un conocimiento extraordinario del mundo moderno, del caos y de los problemas de las sociedades modernas. Creo que el texto no se ha leído con atención, pero tiene una vigencia descomunal que influyó después en la obra de Rubén Darío, por ejemplo”.
“Ahora, si me preguntas si su obra se lee en el mundo te respondería que son pocos lectores de poesía y más los que miran la TV. Por otra parte, sus escritos molestan porque posee un concepto muy profundo y diferente de muchos intelectuales y políticos sobre la ética y la moral de la vida. Creo que su obra disgusta a “cierta” gente y prefieren no publicarlo. Hace falta aumentar la ediciones críticas sobre José Martí para que le llegue su pensamiento a mayor cantidad de personas”.
¿Cuál es el concepto de Martí sobre la metáfora?
“Martí escribe constantemente en metáforas. En Lucía Jerez, además, hace prosa como si fuera un pintor. José Martí intenta transpolar técnicas de la pintura a la prosa. Es un pintor más que un escritor”.
En el poema Yugo y Estrella, la “estrella que ilumina y mata” es para el Apóstol el simbolismo de la pureza y de nuestra libertad. Es un visionario porque lo cubano trasciende hacia lo universal, el concepto de Luz es la patria y también la humanidad. Esta, que alumbra y mata, es una estrella:/ Como riega luz, los pecadores/ Huyen de quien la lleva, y en la vida,/ Cual un monstruo de crímenes cargado,/ Todo el que lleva luz, se queda solo (…) Dame el yugo, oh mi madre, de manera/ Que puesto en él de pie, luzca en mi frente/ Mejor la estrella que ilumina y mata.
Ante la pregunta realizada al profesor Iván Shulman sobre su especial interés en relacionar el arte con la política aseguró que:
El arte no surge de la nada, Martí lo dijo “nadie se libra de su tiempo”. Muchos se olvidan de eso y olvidan que los textos nacen no solo del talento, la imaginación y originalidad del artista, sino que están vinculados a su época y a la problemática de su tiempo, y aquí sin dudas hay que mencionar a José Martí como artífice de una prosa luminosa comprometida con sus circunstancias.

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